Sentada en una mesa
dentro de una cantina.
La catrina observaba desde la ventana de noche y de día
buscando una amigable compañía.
Muy astuta la flaca planes ya tenía,

sábado de danzón para enamorar.
Pobre caballero que se cruce en su camino,
que a la tierra de los muertos se irá,
entre bebidas, panes y alfeñiques,
la calaca le recibirá.
Detengan a la flaca que va detrás de mi tío,
queriéndole dar un beso en el cachete,
mientras este corre con su machete...
Enojada la catrina,
le correteo hasta alcanzar,
le lanzo el tacón
y a mi tío lo noqueo.
Mendiga flaca, ya lo mato.
Enterramos a mi tío con música y flores,
mientras que la Flaca bien abrazada lo tenía,
ambos se marcharon de la tierra viva
tomados de la mano con alegría.
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