Los años pasan y siguen pasando,
momentos se crean a cada paso,
sentimientos surgen y prevalecen,
algunos otros nuevos solo aparecen...
El exterior cambia pero en el interior las voces se mantienen,
enemigos constantes para mí,
son los parásitos deseando mi muerte.
El tiempo avanza, no se detiene,
los sueños pasados se desvanecen,
extiendo la mano, trato de alcanzarlos...
Entre mis dedos, estos ya se disuelven...
anhelado cumplir aspiraciones,
viviendo en un cuerpo que se vuelve deforme,
mirando el reflejo de un ser despreciable.
Avanzar y avanzar para detenerse,
vomitar el veneno de uno mismo,
creado por la insatisfacción,
siento vacío en este espejismo.
Riendo a la lejanía por aquello que da vida,
llorando por lo perdido,
extrañando lo dejado en el olvido.
Todo avanza y todo pasa,
nada se detiene por más que se intente;
Todo sigue desbordándose desde adentro,
como la vela encendida
consumiéndose en vida.
