jueves, 12 de septiembre de 2019

Nocturna




Un cuarto entre la tempestad de la soledad,
una chica sin retorno ni dirección.
Hoy, Ahogándose en si misma,
originando varias ideas ocultas entre largos dilemas. Entre la penumbra,
se oculta ella con una deslumbrante y oscura su sonrisa,
misteriosa y oculta la realidad que alberga aquella imagen.
Una imagen que grita ayuda para esas preguntas que no da respuesta...
Una sonrisa falsa que pide que vean detrás de ella:
Las ataduras en sus muñecas, los cuchillos clavados en la espalda,
cortes en los brazos, lágrimas viajando entre sus mejillas...
Todo por la tristeza que se ha ocultado
entre una capa fina de mentiras durante años.
Ideas que se callan desde años pasados,
voces alejadas que ha silenciado,
pensamientos internos venenosos de los que se ha distanciado,
recuerdos convertidos en navajas que se siguen clavando...
Dejando cicatrices como amigas,
Remembranzas del tiempo,
dolores del momento.

Aquello que la tranquilizaba, se ha ido,
los enemigos internos se alejaron,
quedo sola, sin que nadie la salvará,
odiándose por las cosas que ha y no hecho.

Rompiéndose de nuevo,
cayendo pedazo a pedazo en vida,
mostrando una sonrisa que grita ayuda,
sintiéndose tan sola e incomprendida...
Abandonada para auto destruirse. El tiempo avanza... todo cambia,
intenta: inhalar y exhalar, una y otra vez,
pero todos restregándole el como es,
todos en su contra, nadie apoyándole;
Haciéndose la fuerte sonriendo como si hubiera algún futuro brillante,
alejándose de todos,
volviendo al cuarto deseando su muerte,
perdiendo la lucha... Otra vez. Envuelta entre sabanas oscuras,
abrazándose a si misma,
por la estruendosa agonía.
Ve partirse en dos ramas ese gran amor existente que antes gozo y ahora se distancia,
un amor que se ha quebrado,
decide olvidar la compañía,
borrando memorias de alegría,
eliminar todo rastro de esperanza.
Ahora son fantasmas del pasado,
que siguiéndola por años al fin se han reencontrado,
 alentando su decisión.

Demonios en su mente vuelven...
Ella mira a su lado contemplando el vacío, 
alza la mirada recuerda las heridas, 
cierra los ojos con aquella oscura sonrisa, 
llegan las ideas cantando:
la muerte es mas sencilla que la vida, 
tu y la muerte deberían ser amigas...

De este lado nada queda, 
salvo mas caídas, 
del otro la medicina a este dolor que albergas... 

Sólo inhala, exhala, calma... 

Este dolor de años,
estas viejas heridas vuelven sangrando,
aquello que se ha defendido,
 al fin, solo ha caído,
 no culpa, no fantasmas, adiós vida...
Al fin mi digna despedida.






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